jueves, 1 de noviembre de 2012

Y cuando estoy tumbada en la cama a con el ordenador sobre el regazo y viendo un clásico de Disney que marcó mi vida para siempre, que me enseñó que nada es imposible, me doy cuenta. Vives buscando un príncipe azul, el chico perfecto, y, cuando te das por vencida y crees que jamás aparecerá, que es una leyenda urbana creada por Disney, entonces te das cuenta de que has tenido al chico perfecto durante un año delante de ti y te has dado cuenta de que él es el hombre de tu vida hace tan sólo unos meses.

Tal vez lo sabía desde el principio, desde el momento en el que me llamaste por primera vez "peque", desde el primer día que se me salió el corazón del pecho al ver que te habías conectado, desde el primer día que me dije que eres demasiado para mí, que jamás te fijarías en mí de esa forma, pero intenté esconder mis sentimientos en un rincón y convencerme, tal vez engañarme, de que no sentía nada más allá de lo que era una amistad, y, cuando estaba casi convencida, casi engañada, me dices que me quieres, que me amas, que te has enamorado de mí sin poder evitarlo. Es recordar esos instantes y pensar cómo no pude gritarte que yo también te amo, que no hay nada en éste mundo que desee más que rozarte, que apoyar mi cabeza en tu pecho mientras me acaricias el pelo, pero me quedé paralizada, sin saber qué decir, sin saber si estaba soñando, sin saber si todo era producto de mi imaginación.
Y aquí estoy cinco meses después diciéndote que te amo cada uno de los días e intentando demostrarte que sin ti mi vida se va a pique, que sin ti no soy nada, que sin ti me muero.

Y ya ha empezado noviembre. Miro atrás, cinco meses atrás, cuando pensaba que éste momento jamás llegaría, cuando sentía que me moría cada vez que miraba el calendario y veía que aún quedaba demasiado para poder perderme en tus brazos, que aún quedaba demasiado para poder besarte y dejar que el resto del mundo se esfumara como si nada, que faltaba una eternidad para poder susurrarte que te quiero más que a nada en éste mundo, porqué sin ti ya nada tiene sentido.
Es difícil creer que fue hace cinco meses cuando estaba sentada en el suelo cabizbaja con el móvil entre las manos e intentando no llorar mientras te escribía por el whatsapp que no podía más, que te necesitaba ahora, que necesitaba abrazarte y sentir que todos mis problemas se esfumarían, y tú me decías "ya queda menos, mi vida", parece que fuera ayer...y ya solo quedan dos meses, dos meses y podré perderme en tu mirada, en tus caricias, en tus besos, en ti, en definitiva.

Y supongo que es hoy, o tal vez ayer, o tal vez lo supe desde el principio; que imposibles sólo son las cosas por las que nosotros no estamos dispuestos a luchar, y yo voy a darlo todo por poder estar contigo, por poder despertarme una noche fría de invierno y poder abrazarme a ti hasta que entre el sol por la ventana al día siguiente salpicando la habitación de luz y pueda susurrarte al oído "buenos días mi príncipe", y no pararé hasta conseguirlo.

PD: Te quiero más que a nada en éste mundo, lo sabes. No he dejado de repetirlo en el texto y durante cada uno de los días que he pasado hablando contigo, y no pararé de repetirlo jamás, porqué jamás dejaré de quererte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario