miércoles, 28 de noviembre de 2012

¿Por qué así? ¿Por qué tan lejos, por qué ahora y no cuando sea posible? ¿Por qué él y por qué yo? Tal vez estemos destinados a estar juntos, pero ¿por qué el amor de mi vida tiene que vivir tan lejos o yo tan lejos de él? Sólo quiero dormir, hibernar, despertarme cuando hayan pasado 39 días, o 4 años, cuando podamos estar juntos, despertarme en sus brazos con un beso, con el beso más dulce que jamás me han dado, despertarme y que me diga que ya nada está prohibido, que podemos estar juntos y que los fines de semana veremos una película, volveremos a ver La vida es bella, Titanic y Forrest Gump y que me abrazará cuando llore, que después de ver una película nos vestiremos e iremos a dar un paseo dándonos la mano, que me abrazará para que no tenga frío, que al despertarme me susurrará ‘buenos días, princesa’, que dormiremos abrazados las noches que nos quedan, que me dirá que estoy preciosa cuando vaya en moño y con ropa de estar por casa, que me callará con un beso cuando hable demasiado y que solucionaremos las peleas con otro beso, que discutiremos los nombres de nuestros hijos, que escucharemos nuestro grupo favorito e iremos a un concierto de ellos y nos besaremos cuando suene nuestra canción, que viajaremos por todo el mundo dados de la mano, que me hará de guía en su ciudad y yo en la mía, que celebraremos la noche vieja juntos, tirando serpentinas por el balcón y celebrando el año nuevo con 12 besos en vez de 12 uvas, que en verano estaremos en la playa hasta el amanecer y me cogerás para meterme al agua aunque yo no quiera porque que esté fría, que me dirás que me amas todos los días y me seguiráa llamando ‘peque’ cuando tenga 30, 50 y 80 años, que soy tu “nunca había sentido esto por nadie” y que jamás me dejarás de querer, que por Sant Jordi me regalarás un libro en vez de una rosa, que el día que nos casemos mi ramo será de tulipanes rojos antes que cualquier otra flor, que no te separarás nunca de mi lado. Quiero dormirme esta noche del 25 de noviembre y despertarme el día que podamos vivir todos esos momentos juntos, quiero dejar de pensar que lo nuestro es imposible porque no lo es, porque si ambos queremos y luchamos por ello sé con certeza que conseguiremos estar juntos, el amor lo puede todo, o eso dicen.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Es increíble como estando tan lejos podemos estar tan cerca. Como estando a 700km y sin ser pareja estamos más unidos que muchos que son pareja y están a escasos centímetros el uno del otro. Como nos queremos, nos protegemos y vemos pelis "juntos" los Domingos por la tarde. Como nos morimos de celos el uno por el otro. Como podemos hacernos felices sin poder rozarnos. Como podemos querernos tanto sin siquiera habernos dado dos besos.
Nuestra historia es rara de por sí, al fin y al cabo quien nos iba a decir que tú acabarías queriedo a una "enana", pero lo más raro de todo es que no sé cómo ha pasado, en qué momento te has convertido en mi oxígeno, en la razón de mis sonrisas, en el culpable de las estúpidas mariposas en mi estómago, en mi razón de vivir.
Y cada día te sigo queriendo más, cada día falta menos para que pueda abrazarte, sin embargo, ya sabes que a veces me falta la paciencia, me sobran días y distancia, pero cuando me dices "solo 40 días, peque", entonces es cuando me doy cuenta que hace poco faltaban 6 meses.

#40 días para perderme en tus brazos.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Le miré a los ojos y esbocé una sonrisa. ¿Cómo podía sentir tantas cosas al verle, cómo era posible? Me dejé rodear por sus brazos y cerré los ojos, saboreando ese instante, sabiendo que no iba a ser eterno, pero qué más daba, estaba con él, rodeada con sus brazos, me sentía protegida, ese sentimiento de añoranza que tanto me había acompañado los últimos meses, había desaparecido dejando en su lugar un suave hormigueo por todo mi cuerpo. Levanté la cabeza para mirarlo a los ojos, con una sonrisa que llevaba puesta desde que nos habíamos encontrado. Me apartó un mechón de pelo de la cara y me besó, me besó como hacía mucho que nadie me besaba.
-Te quiero. -susurré tras besarle de nuevo. No dijo nada, me miró y me apretó contra su pecho.
El día pasó entre besos, risas y caricias, entre miles de "te quiero" y miradas que decían más que todas las palabras del mundo. No quería que acabase nunca aquel día, quería permanecer siempre a su lado, en sus brazos, quería poder ser suya, sentir que lo era, poder ser lo que aún faltaba demasiado para ser posible, pero que esperaría hasta los confines del mundo.

viernes, 9 de noviembre de 2012

47 días. Te necesito. Necesito que me digas que me quieres mientras tengo mi cabeza apoyada en tu pecho y me acaricias el pelo. Que me beses y me abraces como si no tuvieras nada más a lo que agarrarte en éste mundo. Que llegue a casa, me tumbe en la cama y huela a ti, que mi ropa huela a tu colonia y mi boca sepa a la tuya. Que me des un beso antes de irme a casa. Que pueda dormir a tu lado mientras se escucha como las gotas de la lluvia chocan contra el cristal. Que me digas que no te perderé, porque sabes que ese es mi mayor miedo, que encuentres a una mejor, a una chica de la que no te separen 700km, una chica que pueda hacerte feliz cada uno de los días, una chica que pueda despertarte todos los días con un beso y un “te quiero”, una chica que te pueda besar, a la que puedas mirar a los ojos, una chica que me substituya, que haga que te olvides de mí. Y si te olvidas de mí me muero, porqué ni la muerte, ni la enfermedad, ni el fin del mundo serían tan dolorosos para mí como perderte, porqué tú eres mi vida, y si te vas tú no me queda nada.


PD: Y cada vez más cerca estando tan lejos.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Y cuando estoy tumbada en la cama a con el ordenador sobre el regazo y viendo un clásico de Disney que marcó mi vida para siempre, que me enseñó que nada es imposible, me doy cuenta. Vives buscando un príncipe azul, el chico perfecto, y, cuando te das por vencida y crees que jamás aparecerá, que es una leyenda urbana creada por Disney, entonces te das cuenta de que has tenido al chico perfecto durante un año delante de ti y te has dado cuenta de que él es el hombre de tu vida hace tan sólo unos meses.

Tal vez lo sabía desde el principio, desde el momento en el que me llamaste por primera vez "peque", desde el primer día que se me salió el corazón del pecho al ver que te habías conectado, desde el primer día que me dije que eres demasiado para mí, que jamás te fijarías en mí de esa forma, pero intenté esconder mis sentimientos en un rincón y convencerme, tal vez engañarme, de que no sentía nada más allá de lo que era una amistad, y, cuando estaba casi convencida, casi engañada, me dices que me quieres, que me amas, que te has enamorado de mí sin poder evitarlo. Es recordar esos instantes y pensar cómo no pude gritarte que yo también te amo, que no hay nada en éste mundo que desee más que rozarte, que apoyar mi cabeza en tu pecho mientras me acaricias el pelo, pero me quedé paralizada, sin saber qué decir, sin saber si estaba soñando, sin saber si todo era producto de mi imaginación.
Y aquí estoy cinco meses después diciéndote que te amo cada uno de los días e intentando demostrarte que sin ti mi vida se va a pique, que sin ti no soy nada, que sin ti me muero.

Y ya ha empezado noviembre. Miro atrás, cinco meses atrás, cuando pensaba que éste momento jamás llegaría, cuando sentía que me moría cada vez que miraba el calendario y veía que aún quedaba demasiado para poder perderme en tus brazos, que aún quedaba demasiado para poder besarte y dejar que el resto del mundo se esfumara como si nada, que faltaba una eternidad para poder susurrarte que te quiero más que a nada en éste mundo, porqué sin ti ya nada tiene sentido.
Es difícil creer que fue hace cinco meses cuando estaba sentada en el suelo cabizbaja con el móvil entre las manos e intentando no llorar mientras te escribía por el whatsapp que no podía más, que te necesitaba ahora, que necesitaba abrazarte y sentir que todos mis problemas se esfumarían, y tú me decías "ya queda menos, mi vida", parece que fuera ayer...y ya solo quedan dos meses, dos meses y podré perderme en tu mirada, en tus caricias, en tus besos, en ti, en definitiva.

Y supongo que es hoy, o tal vez ayer, o tal vez lo supe desde el principio; que imposibles sólo son las cosas por las que nosotros no estamos dispuestos a luchar, y yo voy a darlo todo por poder estar contigo, por poder despertarme una noche fría de invierno y poder abrazarme a ti hasta que entre el sol por la ventana al día siguiente salpicando la habitación de luz y pueda susurrarte al oído "buenos días mi príncipe", y no pararé hasta conseguirlo.

PD: Te quiero más que a nada en éste mundo, lo sabes. No he dejado de repetirlo en el texto y durante cada uno de los días que he pasado hablando contigo, y no pararé de repetirlo jamás, porqué jamás dejaré de quererte.