domingo, 2 de febrero de 2014

Me matas, cariño

Las lágrimas me han abandonado, creo que ya me rompí del todo; ojalá. Sólo vienen a visitarme por las noches, recordándome que no estás, y que yo tampoco estoy.
No sé si es ésto del invierno de tu mirada o el silencio de tus palabras, lo que me cala los huesos desde dentro, embadurnándome de ese frío tan típico de la soledad, de ese que no se quita con un abrazo de las mantas si tú no estás entre ellas.
Se me la olvidado aquello de sonreír para las fotos, mira en tu maleta, quizá te lo has llevado contigo, quizá me lo dejé en el abismo de tu mirada la última vez que te dí la espalda para romperme subiendo las escaleras hasta un 5º con el corazón a trizas.
Es triste. Desde que me perfumo con tu ausencia, que no sueño ni dormida.
Hoy escuché que la heroína crea adicción desde el primer pinchazo, y eso será porque no han visto tu sonrisa, que me mantiene enganchada a ti desde antes de verla, desde antes de robártela.
Qué curiosa la vida. Que cuanto más quisimos tener, menos nos dio. Recuerdo cuando no podía levantarme por las mañanas sin leerte, y ahora lo que me duele es tener que escribirte.
Me asusta pensar que el estar cerca nos está matando más incluso que estar lejos. Es triste pensar que somos más sin acabar de ser, que siendo.
Qué ironía, que la única razón que me mantiene con vida es la misma que me mata.Y es que me matas, cariño.