miércoles, 20 de noviembre de 2013

Letras perdidas

Hoy, me he armado de valor para meter mis letras perdidas en un sobre y mandártelo. Obviando la parte en la que arrugo el papel para tirarlo a la basura.
Me siento virgen con esto de escribirte, aunque lleves leyéndome desde antes que lo hiciera. Llevo escribiéndote aún sin palabras desde que el desgarro de tus besos me acompaña en cada sueño; recordándome que no eres mío, que no te tengo, que no me acaricias el pelo mientras duermo.
Dónde han viajado mis sueños, junto a las ganas de sentir de nuevo, ahora que sólo soy capaz de buscar en los recuerdos por si alguna mota de amor ha quedado olvidada. Un pero, una razón para pedirte que vuelvas.
Cuándo, tus ojos de arena han dejado de recorrerme el cuerpo en un susurro las noches de frío invierno. Y por qué, tus besos de miel han dejado de acompañarme las noches de lluvia para que nuestros cuerpos dancen en un baile eterno al son del repiqueteo de las lágrimas del mundo por ver que era mía tu sonrisa.
Hace demasiado que no siento el tacto de tus dedos acariciarme las heridas mientras sueño, podrías haberme curado las tuyas antes de irte de nuevo.
No sé dónde te escondes de mis ganas de encontrarte cuando me pierdo; ni a qué juegas cuando me suspiras que vuelves y antes de haber llegado te das media vuelta con mi corazón hecho trizas entre los dedos, y te marchas de nuevo. Tampoco entiendo, a qué se debe la pausa de la música del tamborileo de tus dedos en mi cintura cuando el cielo nos veía querer, o el fin de tus susurros de madrugada que me clavaban tus palabras como si algo verídico escondieran entre el remolino de tu boca.
Y es que no he sabido vivir desde que te marchaste y me dejaste en el abismo de tu recuerdo, cariño. Vivo soñando que vuelves a buscarme, y me rescatas de este mundo que, aliado contigo, ha decidido romperme. Pero nunca vienes. Siempre que haces amago de hacerlo das un paso atrás, y el abismo de tu cuello se aleja de mi alcance para poder morderlo.
Déjame viajar contigo por todo el mundo de tu cama, déjame volver a sentir el tacto de tu boca desgarrarme la idea de vivir sin ti que se esconde en mi clavícula.
Recítame los versos más dulces y pérfidos que se esconden en tu pelo, y hazme volver a soñar con ellos de madrugada y rómpeme cuando me dé cuenta de que te quiero más de lo que jamás me podrías llegar a querer.
Vuelve, y no te digo quédate porque ya te has ido. Necesito romperme a tu lado para obviar que lo estoy haciendo, déjame convertirte en mi droga y suplir los cigarros por tus besos, aunque mates más que el tabaco. Y quiéreme, como sé que nunca has hecho. Mantenme con vida aún a manos de una mentira, aún a suspiros de un "te quiero" ficticio que pude haber escuchado en un sueño.
Y es que la vida sólo es bonita si estoy a tu lado para quejarme de ella de madrugada con cigarro en mano y una cerveza en la mesa, cariño. Y ojalá algún día me entiendas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario