jueves, 24 de abril de 2014

Vuelve

Hoy, hace 162 días desde que te marchaste. Me gustaría poder ser capaz de enviarte una carta explicándote todo lo que llevo callándome desde que vi la sonrisa en esa mirada tan indescriptible, me gustaría poder ser capaz de meter estas letras en un sobre y enviártelo, sin pensar en tu posible sonrisa de "llegas 162 días tarde y 936 kilómetros de distancia", pero supongo que no estoy echa para esto.
A veces, pienso en cómo sería nuestra vida juntos. En qué hubiera pasado si no te hubiera dejado subir al avión, si te hubiera dicho "quédate" en vez de morderme el labio y mirarte a los ojos dispuesta a perderme si iba a poder besarte todo lo que nunca te besé, sin rozarte los labios; ¿qué hubiera pasado si todas las veces que lloré porque temía perderte sin tenerte, lo hacía a tu lado, que sufrías por lo mismo?
Es casi tan curiosa como destructiva, mi manía de pensarte todas las noches desde que te fuiste, como sólo lo hice cuando no compartíamos cama, y es que nunca he dormido soñando tanto como cuando era tu brazo quién me hacía de almohada.
Y es que cómo quieres que te olvide, si siempre que me dispongo a hacerlo me viene un soplo de tu esencia. Cómo voy a olvidarte si ya no tengo a nadie que me abrace a media noche para asegurarme entre sus brazos, que no me escapo de ellos. Cómo voy a olvidarte si echo de menos hasta el portazo que diste la última vez que nos vimos mientras yo te gritaba que te fueras de mi vida, sin pensar en el pavor que me producía el pensar en la posibilidad de que lo hicieses. Cómo voy a olvidarte si aún rebaño las últimas gotas de tu perfume cuando te echo de menos. Cómo voy a vivir sin ti si no soy capaz de hacer café sólo para uno por las mañanas. Cómo, querido, voy a olvidarte si soy incapaz de leer poesía a solas, por miedo a que encierre entre lineas la única verdad de que te he perdido. ¿Pero cómo voy a olvidarte si se me atragantan las palabras al escribirte por si decides leerme?
Ven. Vuelve. Me asusta la idea de pensar que te has ido y no recuerdo tu mirada, tu sonrisa, tu voz, tu manera de acariciarme. Y dime, mi amor, ¿qué hago yo si te olvido, o qué hago yo si no lo hago?

No hay comentarios:

Publicar un comentario