miércoles, 24 de abril de 2013

'Y tal y como él volvía, quien nunca había estado se iba para no volver'

No se había ido. Él permanecía allí, con los ojos abiertos y la mandíbula tensa, esperando una respuesta que yo no pensaba darle, tal vez siquiera la tenía. Salí al balcón y encendí un cigarro. Miré el cielo, aunque sabía que desde el centro de la ciudad no se veía ninguna estrella. Lo único que veía brillar era la sonrisa que hacía 40 minutos me sonreía 700km a la izquierda, se dice pronto. La sonrisa que había robado. La sonrisa que me había robado.
Me dolía la cabeza y una rosa roja, la más bella de todas jamás inventada, brillaba en la oscuridad del cabecero de la cama donde tantos desvelos con él me faltaban por vivir. La noche invadía todo con su silencio, con su oscuridad. No se escuchaba un alma en la calle, quizás tampoco lo deseaba, es agradable sentirse tan solo de vez en cuando. Me sequé las mejillas antes de volver a mirar al cielo y suspirar soltando humo. Es curiosa la manera de la cual hay heridas que duelen por mucho tiempo que pase. Y supongo que tan sólo hacían unos meses de haberme caído de la bicicleta de la vida y hacerme ese pequeño rasguño en alguna esquina de mi corazón. Sabía que todo estaba arreglado, pero es duro saber que has estado sola sin haberte dado casi cuenta, y aunque quizá él era quien menos estaba, yo era a quien más llamaba, supongo que era porque si de verdad quieres a alguien, gritas su nombre cuando te pierdes en un bosque aún sabiendo que él está demasiado sordo para escucharte. Y yo grité y grité, aunque él no apareció. Supongo que tardó demasiado en aparecer, aunque supongo que cuando encuentras a esa persona estás ahí para ella siempre, aunque ella no haya estado, y supongo que por eso jamás fue demasiado tarde, nunca habrá un demasiado tarde para él, nunca siempre y cuando vuelva. Y él volvió. Y tal y como él volvía, quien nunca había estado se iba para no volver, quizá dejando una cinta roja en mi muñeca y olor a tabaco en la ropa. Supongo que él jamás me dijo 'te quiero' por eso, porque jamás lo sintió, y tal vez debería haberme dado cuenta antes, pero tardé 8 meses en hacerlo. Lo peor de todo esto no es que me haya dado cuenta de que él jamás me quiso, porque supongo que él para mí sólo era el suplente de quien había estado siempre pero cuando más lo necesitaba no me abrazó para tranquilizarme, sino que hoy me he dado cuenta que quizá uno de los peores meses de mi vida lo pasé prácticamente sola, con su fantasma diciéndome que ahora no podía y con el cuerpo del otro susurrándome al oído que le besara.

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